miércoles, 1 de abril de 2009

Remota

Era una mañana entera su parpadear
La sensación de un paisaje limpio de lluvia
De cuerda frotada que vive bajo las cortinas
De oscuridad tangible y abrazadora
De día, de noche, de noche de día…
En él fui el sonido de las palmas de un niño
Que al despertar encontró el roce de tus ojos
Que aparecen y desaparecen
Cual sonido melancólico que retorna
En una franca ruptura con el tiempo
Y en esa espera de faro pasan mis días
Y en su espera yo desvanezco.

texto: El colgado

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