viernes, 24 de abril de 2009

Los que pienso de los colgados

Me parece que los colgados son como esas rayas de luz color fuego que aparecen en las montañas el momento justo en el que el sol desaparece a lo lejos, el momento de transición, cuando el día se entrega a la noche. Los colgados nacen el instante justo en el que las ideas cobran “cuerpo” y abren sus brazos a la razón. Los colgados tienen la facultad de resoplar y acariciar el aroma de los espectros que envuelven las cosas como licántropos a punto de aullarle a la luna. O tal ves pasa de forma contraria y son los espectro los que acaban entrando hasta lo más recóndito del ser de quienes están cerca y sucumben a la colgadera. Ahora mismo te escribo mientras voy percibiendo el hedor de aquellos espectros de los que te hablo más arriba, y siento como mi cabeza va cediendo un poco a la derecha, mis ojos se oscurecen hasta parecer dos agujeros negros que van devorando toda esencia real, a tal punto que se tragan mi propio ser y no soy ni bueno ni malo, ni arriba ni abajo, sólo colgado.

Texto de Gabriel rivero

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